La simple y jubilada Humanidad procurando sobrevivir a un espanto sin precedentes en nuestra historia humana. El resultado: fracasan |
Traigo a vuestro recuerdo (o, para lectores más jóvenes, pongo en su conocimiento) esta
deprimente reflexión de animación (para adultos) sobre la guerra nuclear y sus
devastadoras secuelas. Historia que, empero, podría adaptarse a otros
escenarios, como el de los turbulentos tiempos presentes pandémicos, o algún
otro conducente a una devastación nuclear final. Hablan de una Guerra Fría
entre China y Estados Unidos. Lo mismo degenera en eso…
Mas años después de su estreno, conserva intacta
su pesimista fuerza dramática esta producción propia de su época, la Década 80
del reaganismo rampante, donde la cierta posibilidad de un conflicto atómico
entre superpotencias era casi semanal (temor, por otra parte, que una cercana
crisis energética podría reavivar, dando por
bueno el argumento de EL
GUERRERO DE LA CARRETERA
—aunque haya quien afirma que ELYSIUM tiene más papeletas de ser nuestro trágico
futuro a medio plazo—), alentando un activismo anti-armas nucleares (en parte,
financiado por la URSS, capital y Propaganda distribuido por sus "sucursales" comunistas en Occidente, más que tratarse de una
legítima preocupación espontánea de la ciudadanía, desligada de las maniobras interesadas
políticas oportunistas)
y la idea, desde determinados despachos, de que científicos pusilánimes exageraban
todo esto del apoqueclipse atómico.
Por desgracia, no eran pábulos que hicieran sospechar sobre qué lado del Telón de Acero, ¡MAS ACERO!, estaban tus simpatías, sino una escalofriante realidad que esta cinta dibujaba con toda crueldad y desnuda zozobra.