La sucia anécdota de hoy: tenía un amigo
(supongo que seguimos siéndolo) que me visitaba para descargarse de sus
problemas; problemas de toda índole, tamaño y color. Un día, hastiado de la
letanía, le espeté:
—Yo también tengo problemas, ¿sabes?
—Pero los míos son más serios —descaradamente
aclaró.
Eran temas familiares casi todos (los usuales
en los demás) y de empleo. Mas los entendía como algo de trascendencia cósmica
y debía abrumarme con ellos.
Hace cinco años me visitó una vez más,
anunciándome jocundo:
—¿Sabes? ¡Tengo novia! —pausa—. Eso
significa que ya no tengo que verte más.
Inmediatamente reparó en lo que había
dicho y lo modificó por: «No te veré con
tanta frecuencia como hasta ahora». Y, tras otro descanso: descarga de sus
cuitas varias.
Y ha cumplido, el tío: en este lustro lo
he visto tres veces. La última, un encuentro de treinta y cinco minutos, sólo
me dijo dos palabras optimistas: Hola
y Adiós.
El relleno: tengo problemas Problemas
PROBLEMAS y te los largo porque mi novia no está para oír mis PROBLEMAS
Problemas problemas.
Y, entre tanto, Terhli recrea su versión
de SAN JORGE Y EL DRAGÓN.
Vuestro Scriptor.
También en: http://unahistoriadelafrontera.blogspot.com/