Debido a la acritud ‘sin límites’ de mis
reseñas, donde podía descargar la férula sin mesura, contenido, eso sí, por mi reconocimiento
de la labor efectuada, este colectivo, a mis espaldas, me eligió “killer” de según
qué tebeos y autores.
Siempre me largaron los cómics más malos
y los que más caña merecían; sólo recuerdo dos realmente buenos. Ellos se
quedaban los mejores. La cantidad de purria que tuve que leer puede haberme causado
hasta envenenamiento radiactivo.
Procedían así: cuando topaban con una
obra a la que, por sus deméritos, se debía aplicar “una sanción”, a sabiendas
de que yo, ignorando lo provechoso de ser políticamente correcto, lo haría, con
sentido de la imparcialidad y la integridad, me la largaban. No querían
infectarse; tenían (tienen) las miras muy altas, enfocadas a autores y
Editores, y no iban a pringarse, porque sus proyectos deben encontrar quien los
publique. Aquello, empero, debía ser comentado; se jugaban seguir recibiendo
servicio de prensa. Entonces recurrían al “the killer”.
Pero mi malestar por un colectivo al que
estuve vinculado siete años procede de su “arrejuntamiento” con el responsable
de la juerga ésta de la historieta de fin de semana anual de la ciudad, evento
por el que sentían el más tórrido desdén. Pero, ¡tate!, que el menda al mando del
sarao mete mano en las subvenciones; ¿desdeñarían ese dulce?
Sabiendo que me opondría, me expulsaron
de Tebeosfera (en librarse de la gente son más expertos que la Mafia) y al poco
las enormes puertas de las prebendas y dineros se les abrieron. Contactos y
relaciones favorables benefician su espacio.
Aquellos discursos, sobre su
independencia e integridad…
Vuestro Scriptor.
También en: http://unahistoriadelafrontera.blogspot.com/