El fracasado es otra cosa. Es un ser gris
y nulo agazapado en las miserias urdidas por sus pensamientos, que muele sin
cesar con pérfidos engranajes dentro de sus sesos, habitando una oscura y
húmeda cueva que ha construido a base de frustraciones, y cuya única finalidad
en la vida es hacerte sentir tan negativo, miserable e incapaz como él. Cuando
el fracasado advierte que tú, sano, positivo, trabajador, estás en esa onda de
decadencia, hincha su pecho de orgullo y lame esta victoria (la única de la que
es capaz) sintiendo su existencia aprovechada.
No odies al fracaso; es como la Muerte,
por mucho que duela admitirlo. Odia al fracasado, porque trabaja con celos
vengativos en tu contra.
Vuestro Scriptor.
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