Nunca me gustó este dibujante. No digo
que fuese (o aún sea, ignoro si falleció ya) malo, sino que su estilo no encajaba
con lo que debía trazar en el papel. Parecía más idóneo para historias cotidianas,
SOAP STORY, donde el detalle de una
expresión o el acabado de un fondo, las emociones que trasuntaran en sus ademanes
los personajes, importaba más que la grandilocuencia histriónica de un
supervillano o un superhéroe, que no sabía caracterizarla, y el campo de
batalla exigía también estética distinta al elaborado fondo de un romance.
En sus planchas de IRON MAN esta certeza acabó por confirmárseme. Hech no estaba hecho
para esas viñetas. Requerían un esfuerzo que el hombre intentaba dar, pero no
lo lograba. Se quedaba corto; perplejo, sin duda, por lo que debía dibujar.
Dicen que a JOHN BUSCEMA le estragaba
dibujar superhéroes; que CONAN supuso
una bendición, alivio, bálsamo.
Y pienso que se debe a que se educó una
estirpe de dibujantes para “lo convencional”, y que lo que STAN LEE y compañía
escribían, épico, supersónico, cósmico, les desbordaba. Su escuela, de normas
rígida, les había anquilosado. A JACK KIRBY le iba la marcha, no obstante.
Y leyendo el prólogo escrito por algún
entendido de FÓRUM, o PANINI, veías una sarta de loas al deficiente
trabajo de Hech que no encajaba con lo que mostraban las páginas. Pensaba:
Hostia: este tío ve SLAINE, por SIMON
BISLEY, ¡y le estallan los sesos!
Mas el asunto real es que estas personas
no estaban trasladándote su admiración por el autor: estaban imponiéndote su filia
por él; en caso de rebelarte, te descalificaban. Eras un ignorante. Esa falta
de respeto me irritaba de esos prólogos y escritores.
Vuestro Scriptor.
También en: http://unahistoriadelafrontera.blogspot.com/