Aquí estamos, con otro obituario. Aun así, deseo
centrarlo en lo siguiente, mal que le pese a más de uno: Peter Mayhew sería un anónimo
actor secundario británico más que, hoy, no merecería una línea lamentando su
desaparición, aunque gozase, en su franja profesional, de una profusa participación,
fuese en cine, teatro o TV. Mas, gracias a su hirsuta caracterización de
wendigo extraterrano en la Doble Santa Trilogía, hoy nos conduele su pérdida.
Gracias a Chebacca, él hoy es alguien, y siempre lo será.
Es el “toque GEORGE LUCAS”. Inmortaliza a
quien lo recibe… siempre que esté asociado a STAR WARS (por virtuosa que sea WILLOW,
no tiene esa facultad perpetuadora). Nadie esperaba, cuando estrenaron LA GUERRA DE LAS GALAXIAS, qué
trascendente influencia y pujanza tendría en la CultuPop presente. La Fuerza,
el Reverso Tenebroso, los sables láser, los increíbles mundos donde una epopeya
artúrica con sesgos samurais se desarrolla al lejano tintineo de espuelas de western… ha encandilado, con tremenda energía,
a generaciones enteras y lo seguirá haciendo… a menos que no lo marren por
entero estas porquerías que están, supuestamente, continuando la saga.
De nuevo la pareja, pero ya en el set. Aquí fijo los reconocemos mejor |
Y esos nombres oscuros de aquél entonces
hoy, ya para siempre, están glorificados. Inmortalizados. Esos actores, aun
algunos secundarios, gozan de un estatus del que muy pocos pueden presumir,
dentro del ámbito del que glosa la reseña. ¿Sales en Star Wars? Inmortal. Del Alto o el Bajo Panteón, pero divinizado.
Por esto, Mayhew ya forma parte de los nuevos
zodíacos que componen el Universo de nuestra ficción. Algunas noches claras
atisbaremos el firmamento y, titilando con mayor o menor brillo, allí estará su
constelación. Y seguro que la saludaremos con infantil afecto, agradecidos por
su contribución a la Gran Magia que genera Star
Wars, capaz de devolvernos a tiempos más ingenuos empero también más hermosos.
[La nota amarga —deceso aparte— la pone el
que: por mor de los nuevos tiempos sexualmente Fememarx-revisionistas, Mayhew
formaba parte de un sexista monopolio explotador donde una mujer —LEIA— era
rescatada —¡menuda impertinencia!— por una panda de machos retrógrados cuando sin
problemas Su Alteza de Alderaan era capaz de librarse, sola, de VADER, el
EMPERADOR y su Imperio falocrático —esos superdestructores lo confirman (aunque
a ver cómo explican lo de la Estrella de la Muerte {ya sé: el rayo; eso la hace
falocrática también}— con la verbigracia de su género y habilidad parlamentaria.
¿No es la leyenda de SAN JORGE un atropello sexista, como CAPERUCITA ROJA? ¿Por
qué La guerra de las galaxias no
podría serlo de igual manera? Así que ¡alegría! Palmó otro perpetuador de la degradación
femenina. Más de uno en la ciencia ficción —peleles adoctrinados del Fememarx—
hoy está descorchando champán.]