Bueno, sabemos que antes de este paso está el lápiz y el entintado. A continuación, una base de los colores a emplear posteriormente |
Me han animado, y será más pronto que tarde, a que use Photoshop y programas anejos de coloreado por computadora. Los he tanteado, en efecto. Pero aprecié que le restan vida al asunto. Oh, sí, algunos aspectos adquieren una facilidad asombrosa: con un clic, rellenas de color una extensa superficie. Pero…
Los colores ya empiezan a proporcionar relieves; entre tanto, Terhli ha estado cotorreándome de esto y aquello |
Pero mientras doy esas obsesivas capas el color, empieza el inexistente discurso entre la obra y el autor; “me habla” la forma esbozada en el papel, me invita a profundizar en su pasado, a atisbar su futuro, cuestionamos la actualidad. Nace una vitalidad inefable durante ese proceso, animada por la BSO que toque en ese momento.
Final. Otra genialidad producida en el Panteón a Bianca. Con suerte, ¡tu primera portada! |
Vuestro Scriptor.
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