miércoles, 1 de agosto de 2012

INTIMATE



Creativamente hablando, creo que lanzarse al desarrollo del enésimo relato de espada y brujería, como todo recurso, es un fracaso. Entendedme, el género tiene sus virtudes y momentos gloriosos/épicos que deben reconocerse. Lo que pretendo decir es que, cuando tienes un puñado de tías buenas, y no sabes cómo sacarlas a pasear, enseguida les buscas un macho alfa ataviado con un apelmazado taparrabos que cubre sus vergüenzas peludas, así como un brujo/mago/hechicero lúbrico y barbachivo (para más inri) para salir del atolladero. Y un vistazo a las colecciones os confirmará esta impresión.
La planificación de la novela gráfica, junto con la mezcla de música y sinestesia, deja libre la mente para reflexionar sobre materias diversas e, inevitablemente, recuerdas conversaciones o párrafos o repasas observaciones peregrinas que vuelan sin sustancia por tus sesos hasta que algo las atrapa y sufren tu escrutinio. Y, sí, tengo comprobado que, cuando un autor quiere contar algo, con niñas mayorcitas estupendas en sus curvas, y no sabe cómo articular esa historia que le tortura, acude al mesón La Espada y Brujería pronto. Hay una imantación ahí que a ver quién me explica por qué ocurre.
Terhli se ha salido, en ese sentido, por la tangente, y para alivio de vuestro Scriptor. Un vistazo al horizonte de cabañas mugrientas, magos rijosos y monstruos de los evos antiguos y apretó el acelerador de la LawMistress hacia las más ignotas, pero prometedoras, y fértiles, tierras de ‘la frontera’. Si alguna vez visitamos la ERA HYBOREA, será para que la aguerrida las pulverice con su martillo GLAMJOLNIR.
Ayer, mostré dos instantáneas suyas en plan belicoso. Hoy, un pequeño regalo de su sentido de la sensibilidad, que lo tiene. Una imagen amable para reproducir en óleo.
Vuestro Scriptor.