viernes, 3 de agosto de 2012

HIGH SCHOOL GOVERNESS



Otro fin de semana veraniego y sin anécdota decente que contar. Lo más, declarar mi cierta predilección por las películas de época, que luego siempre algún crítico, o entendido, sale denostando diciendo que los relojes de pulsera no estaban aún de moda cuando LOS TRES MOSQUETEROS, filme que, por otro parte, siempre he detestado. Me refiero a cintas como LA EDAD DE LA INOCENCIA, VATEL o LA CASA DE LA ALEGRÍA. Me entretengo pensando en esa gente, atildada y entablillada con tales ropas, capa de tejido tras capa de tejido, en días como hoy, de mercurio rampante: ¿cómo se las apañaban? ¿Cuántos morían sofocados?
Y siendo un periodo histórico donde darse un baño diario no era, precisamente, una prioridad, la pestilencia debería alcanzar altas cotas. Y ¿podían vivir así, soportarlo?
Sin duda era un tiempo en que la industria textil era pujante, en especial la destinada a las damas. Y, además, he notado que las faldas les arrastraban; así que, entre barrer calles, salones y pasillos, y las veces que se pisarían los bajos, en esta prenda invertirían notable capital, tras quedar hechas jirones. Si alguien quiere viajar en el tiempo e invertir en algo para amasar considerable suma de cara al futuro, que lo haga en textiles; en faldas, sobre todo.
Falseando sus calificaciones (Terhli no frecuentaba los sobresalientes; he visto sus notas. Los notables, vale, pero poquitos), durante el verano consigue trabajo de institutriz suplente en un instituto, donde algunos aventajados alumnos enmascarados quieren subir su ratio para ingresar prontito en la universidad. Piensan que les irá mejor allí.
Esos temblores, SR. PARKER, contrólelos…
Vuestro Scriptor.