Concebí otra posibilidad para un enfrentamiento-con-final-traumático para el encontronazo entre la niña de los tacones afilados y el déspota centroeuropeo. No siendo su ambiente habitual los elegantes salones de la alta sociedad (superheróica, con tregua para los SuperVillanos esa gala), es evidente que Terhli no recibiría la oportuna invitación. Va por libre y el correo puede fallar en llegar allá donde ella viva, o pueda recibirlo (me dicen que el Club PonyGirl).
Por lo tanto, y teniendo ese día ganas de codearse con gente guapa del gremio, más que todo para ver de qué van, acudiría sólo para descubrir que el requisito indispensable para ingresar en el salón es la oportuna máscara, sigul de la personalidad oculta de su portador, por cierto. Y no queriendo dar un escándalo (admitámosle maneras de gran dama, sugeridas por su vestido), qué menos que solicitar la máscara más vistosa a algún atento caballero.
VON DOOM, naturalmente, se negaría. ¡Su máscara es su cara, jaez y porte! Empero, Terhli encontraría algún argumento que plantearle al tirano que le haría ceder, fuese de buen o mal grado.
Pensaba en EL FANTASMA DE LA ÓPERA cuando abocetaba estas líneas, pues no hay duda de que también ERIK es un esbozo de VÍCTOR Von Doom.
Vuestro Scriptor.
También en: http://unahistoriadelafrontera.blogspot.com/