jueves, 26 de julio de 2012

NYMPHS



FEO, FUERTE Y FORMAL, de LOQUILLO Y TROGLODITAS (que no digan que no oigo música nacional; bueno, sólo la que merece la pena, que creo dejó de producirse en 1990 —todo luego es esa mierda sintética de los TRIUNFITOS de las pelotas—), también me pone rápido las pilas. Es una canción homenaje a JOHN WAYNE, ¡toma ya! ¿Se puede ser más osado… en este país?
Le pasa lo mismo que a COWBOY DREAMS, o casi. Suena bien, mola, te mueve un poco el esqueleto, supone un subidón de optimismo y ganas de hacer cosas triunfales (como la Terhli que estuve dibujando esta mañana: ¡huau!). En plena sinestesia empiezas a analizar la letra (que, comparado con casi todo lo que ensalzan hoy día en la radio, es la rehostia atómica) y le coges mayor aprecio cada vez que la oyes.
No hace mucho, Loquillo (que se ve que tiene su línea y va a lo suyo, pasando de grescas fútiles, farfollas políticas interesadas e hipocresías a gusto de la izquierda —léase: rameras en pos de subvenciones para no dar un palo al agua—) concedió una entrevista al periódico infrarrojo (más rojo, y se vuelve rayos X), 20M, donde ponía a caldo a todo el personal que babeó-baboseó-manoseó la estúpida movida que vivimos desde el golpe de estado de 2004 hasta hace poco. Su directa sinceridad y lo acertado de sus apreciaciones se ganaron mi respeto, que ya tenía gracias a sus canciones.
Oh, la Década 80, y su música. Qué momento más glorioso fue. La leyenda urbana que concita. Parece ser que no experimentaremos nada similar nunca jamás.
Bueno, no habléis alto: las ninfas duermen.
Vuestro Scriptor.