Lo que más me ha sorprendido de la difusión de estas imágenes de Terhli, los bocetos e ilustraciones, es la cantidad de mujeres que las siguen. En principio, el personaje debía atraer al 'ganado' masculino (es esbelta, de amplios pechos, una expresión agraciada —y traviesa— que trabajo para que alcance altas cotas de expresividad diversa y sensualidad —pero me temo que mi british style no es lo bastante bueno a la hora de transferir con exactitud aquellos rostros que empleo como modelo, pero todo se andará, palabra—), pues suele ser el tipo de mujer que suele darse en las historietas.
Y dentro del género femenino, a las lesbianas les ha agradado, y bastante. Parece ser que se reconocen entre ellas. Habrá un código, señales, qué se yo. Pero es así.
Y saberlo me ha conducido a planteamientos creativos que no tenía in mente cuando decidí recuperar al personaje, y no sé muy bien cómo desarrollarlos para no caer en trapisondas, triquiñuelas y clichés. En el mal gusto. Desde luego, cuando he estado esbozando su adolescencia (o ella me la ha estado contando; prefiero esta versión), estigmatizada por este tema, Terhli ha crecido inmensamente. Ha adquirido facetas inusitadas. Se han bifurcado, y vuelto a abrir de nuevo, caminos que ni siquiera imaginaba pudieran existir. Y, amigos/as, es una gran GRAN aventura adentrarse por esas sendas misteriosas. Quizás concluyan en la Torre Oscura.
Cuando nació para BLITZTEAM barajaba adjudicarle esa tendencia sexual. Creo que llegué a insinuarla incluso en algunas viñetas, pero no me atreví a que la manifestara. No era buen momento, creo. O no estaba seguro de mi capacidad como narrador para hacer un trabajo decente.
La cabalgada acaba en este solaz. Los enemigos han sido abatidos y Terhli, Imperatrix de las ruinas, se digna permitir a HULK que lama sus botas. Y al viejo PIEL VERDE parece agradarle…
Vuestro Scriptor.
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