Esta ilustración tiene cierta historia; no es radical, pero sí expresa mi deseo de sacar a la niña de los tacones afilados de una monotonía en la que los personajes van cayendo inevitablemente sobre su vestuario.
De acuerdo: SUPERMAN no puede ir variando tanto como quizás quisiera su uniforme (es eso, no un disfraz; ese uniforme transmite al populux continuidad y seguridad en su imagen, así como su pertenencia a un grupo, que no es un lobo solitario con Dios sabe qué ideas en el coco). Le conocen por esa pinta y las variaciones podrían situarlo en una onda extraña que atentaría aun a la integridad de su mensaje. Pero en los personajes femeninos esto es imperdonable. La coquetería de la mujer es una de sus principales armas/bazas y siempre van a la caza del complemento, peinado, tinte, que las realce y destaque. ¿O no?
Terhli no podía ser ajena a esa tendencia. Cuando la recuperé de las olvidadas viñetas de BLITZTEAM, le di un aspecto (el de las ilustraciones a lápiz) y pensaba dejarla así. Cuando empecé a mostrar esos dibujos, advertí que ese uniforme no funcionaba. Podía usarlo a veces, pero ¿siempre?
Así que con esta pintura ensayé cambios (que asentaría en la ilustración de HULK, donde ella ‘posa’ con catsuit rojo), y otro ensayo fue la cabellera. Estaba deseando quitarle esa maldita gorra. Es enojosa de dibujar. Así que le di ese exuberante peinado y lo manché de negro, un tono plano, como hasta entonces. ¿Iba a complicarme la vida?
No iba. Le di entonces una mata de naranja y amarillo que parecía una llamarada, no muy agradable, por cierto. Cubriéndola con negro, la inspiración me sugirió que usase el naranja para darle aspecto de volumen. Y ganó considerablemente.
En las siguientes pinturas advertiréis que el aspecto monocromo va cediendo al rojo anaranjado, hasta las últimas, donde el negro desaparece. Al menos, por ahora.
Y, bien, quedó claro, por el despojo, qué fue de Superman, ¿eh?
Vuestro Scriptor.
También en: http://unahistoriadelafrontera.blogspot.com/